lunes, 13 de julio de 2009

Estado docente (Luís Beltrán Prieto Figueroa)

República Bolivariana de Venezuela
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Barquisimeto
Dr "Luis Beltrán Prieto Figueroa"















*Estado Docente*

Este es el nuevo eufemismo para referirse a tiranía educativa. Una de las cosas que me gustaría hacer es un análisis artículo por artículo de la Ley Orgánica de Educación, tal como quiere ser aprobada por el oficialismo en ese ciclo inservible en el que se ha convertido la Asamblea Nacional. La ley tiene poco más de 80 artículos, así que mejor voy al corazón del problema y dejamos los detalles para después.
La raíz del asunto es ¿quién tiene el derecho a decidir cómo educar a los niños? Hay dos, y sólo dos posibilidades: el Estado o los padres. La "oposición" y el oficialismo coinciden aquí, en que el Estado se debe apropiar de la función de docente en la sociedad, que debe decidir pensamiento, métodos pedagógicos y todas las demás minucias involucradas en la educación de un párvulo. Sus diferencias se limitan a ciertos aspectos metodológicos. Pero en el fondo, ambas posiciones son iguales: Tus hijos deben ser educados por el Estado (Si usted piensa que al enviar a su hijo a un colegio privado, usted tiene más control sobre lo que allí le enseñan, ¡no sea iluso! Los colegios y liceos privados tienen que cumplir con una serie de regulaciones y enseñan los programas determinados por los burócratas del Ministerio de Educación).
Nuestra posición es diametralmente opuesta, radical por así decirlo. Los liberales pensamos que usted, el padre del niño, quien tiene la absoluta potestad de decidir qué se le enseña, cuándo y cómo. Desde luego, será también usted quien deba pagar por las elecciones que haga. La razón de esta posición es elemental y la voy a ilustrar con una analogía. Imagine que mañana propone un diputado de la Asamblea Nacional, que debido a que los medios de comunicación son un elemento importante en la formación y educación de la juventud, no se puede permitir que tales herramientas sean utilizadas para cualquier fines sus dueños tengan a bien destinarlos. El Estado en consecuencia, según la propuesta de nuestro inverosímil diputado, debe establecer el contenido a ser transmitido por los medios, los horarios y los métodos. Más aún, para asegurarnos que los mensajes que queremos sean captados por la juventud sean recibidos debidamente, se hace necesario pasar una ley que haga obligatoria la presencia de los niños frente a las pantallas de TV y aparatos de radio todos los días de 7 a 11 de la mañana y de 1 a 5 de la tarde. ¡Ah, perdón! Pensé que esto era ficción, olvidaba que algo similar ya ha sido propuesto. Se llama Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión. Ahora, si usted se opone a la llamada ley mordaza, por ser una amenaza a la libertad de expresión y coartar la diversidad de opiniones que es la base de una democracia sana, ¿entonces por qué no se opone a la ley de educación en los mismos términos? Después de todo, ¿no es durante la niñez y la adolescencia que el individuo aprende buena parte de las actitudes y conocimientos que moldearán su futura personalidad? Si usted se preocupa tanto porque el gobierno pueda tener el control de la información que divulgan los medios, ¿por qué es que no le preocupa que tenga el control sobre lo que aprenden sus hijos?
Al final, el problema es el mismo: quién tiene el derecho a decidir, quién es el soberano, usted o el gobierno.
Nosotros consideramos que la idea de un Estado Docente es una aberración y de las más peligrosas que hay. ¿Podría usted sus decisiones financieras en las manos de un grupo de burócratas cuyo primer motivo para actuar es la política?
La solución liberal para acabar con la diatriba es por supuesto sacar por completo al estado del negocio educativo. Cada quien elijará que tipo de educación prefiere para sus hijos, sin interferencias del Estado. ¿Está usted dispuesto a aceptar lo que eso implica?

Parece algo trillado hablar sobre el estado docente. Mucha gente no muestra interés por la importancia del desarrollo educativo sostenido y orientado hacia un perfil de acuerdo a la filosofía política que practica el gobierno nacional. Hay que recordar las medidas aplicadas en los años 80 comenzando por la economía nacional dirigida por el neoliberalismo y plegado a las recetas del FMI (Fondo Monetario Internacional) procediéndose a las privatizaciones de las empresas públicas y planteándose la necesidad de someter al sistema educativo venezolano a este proceso que limitara el acceso de la población al derecho de educarse. De allí se origina la profundización en el debate público con los gobiernos de la cuarta república acerca de la inconveniencia de quitarle al estado la responsabilidad de dirigir y sostener la educación en el país. Luís Beltrán Prieto Figueroa expresó al respecto en el año 1947: “El estado interviene por derecho propio en la organización de la educación del país, y orienta, según su doctrina política, esa educación”.

En la actualidad, una vez asumida la jefatura del poder ejecutivo el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en el año 1999, llama a una constituyente que elabora nuestra constitución y convoca a referéndum en diciembre de ese mismo año que la aprueba y legitima para construir una nueva república o la denominada V República. En esta constitución se establece el estado docente que asume la obligación de asegurarle la formación a todos nuestros jóvenes y niños como un derecho del pueblo, en el artículo 102 se afirma: “ La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. El estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades…..la educación es un servicio público y está fundamentada en el respeto a todas las corrientes del pensamiento…” Indiscutiblemente, la sociedad venezolana venía en un declive muy pronunciado en el rendimiento estudiantil, donde sólo el 33% de los jóvenes lograba culminar el tercer año de bachillerato y un 6% se graduaba de bachiller.

Esta realidad, justificaba la tesis de los comerciantes y empresarios de la educación para administrar ellos los planes y programas educativos denigrando de la capacidad de los entes públicos para hacer eficiente y exitosa la educación en nuestro país. Hoy se vive una nueva realidad, el estado abrió oportunidades a los excluidos con las misiones educativas, planificó con la consulta a educadores venezolanos el nuevo Diseño Curricular Del Sistema Educativo Bolivariano basado en el pensamiento de nuestro libertador Simón Bolívar: “El primer deber del gobierno es dar educación al pueblo...” (Bolivia 1825) y este modelo se ajusta a las características multiétnicas y pluriculturales de la población de Venezuela. Por estas razones se debe profundizar la política educativa integral, para lograr buenas estructuras escolares adecuadas al ambiente de cada localidad, ciudad o región. Inclusive el horario de los planteles de acuerdo a las especificidades. Si la revolución garantiza el acceso de los desposeídos al proceso educativo con calidad y eficiencia, muy difícilmente el proceso revolucionario pueda ser derrotado. Una de las máximas de nuestra línea educativa es la de don Simón Rodríguez: “Inventamos o Erramos” que no es otra cosa sino la creatividad como un elemento permanente para el aprendizaje y la experiencia y de esa manera convertir el conocimiento en un producto de las vivencias.

Estoy convencido del papel imprescindible del estado como garante de la educación, se demuestra en este movimiento que genera el proceso revolucionario que es posible ir erigiendo las bases del nuevo republicano con una filosofía educativa para la liberación y la transformación. Sólo un pueblo consciente podrá sostener los cambios.

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